restaurant bristol - hotel plaza san francisco

el restaurant es muy bonito, espacioso, con una muy buena atención y excelente comida (precio acorde a la calidad del restaurant). lo único que no fue de mi gusto es la ausencia de luz natural.

una maravilla de inicio a fin, todo perfecto, sabor, presentación, atencion, lugar clasico. felicitaciones se merecen el 5, eso sí a desembolsar $$$

tradicional, hermoso, extremadamente bien atendido. bristol representa lo mejor de la sofisticación de la cocina chilena tradicional. recomiendo la trilogía de locos que me emocionó cuando lo probé, cazuela de osobuco y los almuerzos ejecutivos. si tienes la suerte de hablar y conocer al chef ejecutivo, aprovecha de invitarlo a conversar a tu mesa. un tipo amante de chile y sus sabores. antipasto rico, pero puede mejorar.

una de las cosas que más marcan este restaurant es es arte de atender extraordinariamente bien a los clientes, en todo momento hay preocupación y simpatía, aunque los platos no son baratos, son exquisitos. un 7

me encanta ..pese a que la ultima vez lunes pasado la antencion estuvo bastante lenta.. pero la comida un 7 rica linda presentacion , en lo personal jamas me he llevado una sorpresa ..aca no es necesario en la semana hacer reserva aprox para 2 solo plato de fondo con un aperitivo c/u 40000

se merece com creces los 5 puntos y mas. fui con mi pareja a celebrar mi cumpleaños y fue maravilloso. es clasico, elegante y muy bien atendido. en cuanto a sabores, si bien su carta no me llamo mucho la atencion, aun cuando era interactiva, con imagenes y detalles de cada plato, me sorprendio bastante, sus platos estan perfectamente equilibrados, con un sabor unico, perfectamente montados, sin dejar de lado su estilo caracteristico. partimos con unos locos en tres preparaciones, un chupe gratinado, con palta y papas moradas y en salsa verde sobre quinoa, muy rico los tres. despues probamos el robalo marinado al cilantro con zeste de limon con ostras fritas y emulsion de coliflor, estaba exquisito. de fondo yo pedi la trucha arcoiris dorada en harina tostada sobre chancao de papas con habas y almejas, una mezcla de sabores que conjugaban perfecto entre si, venia acompañado de una mini ensalada de algas, cebolla y cilantro. mi esposo pidio el filete de ternera con pure de lentejas, champiñones confitados y mollejas crocantes, un acierto de sabores, muy ricos. para finalizar pedimos un volcan de avellanas con helado de harina tostada y maqui, muy rico, equilibrado y bonito. realmente un buen lugar para ir, un ambiente intimo, muy bien atendido, amabilidad y calidad. lo unico que hsy que considerar, es que al momento de pagar, adicionan iva, punto a tener en cuenta. pero lo vale totalmente.

fuimos por el santiago dinning week. la comida muy buena, pero lo que realmente destaca es la atención. hacía mucho tiempo que no se juntaba tanta amabilidad, eficiencia y atención al detalle en un grupo de mozos.
el lugar no tiene ninguna onda. es un restaurante de hotel, pero como eran los buenos hoteles cuando yo era chico. lo bueno de ésto es que el foco es exclusivamente la comida y la conversación. la luz no es tenue, así que se pueden ver bien los platos y no hay ninguna música que pueda molestarte. es para ir con alguien que conoces y que te conste que aprecie la comida por sobre lo accesorio.
los tragos muy buenos también. pedimos un notable pisco sour y un séptimo cielo, que era en base a whisky, campary, soda y jengibre.
de lo que probamos del menú destacaría las láminas de lengua de entrada, el filete de corvina de fondo y la leche asada de postre.

fui por el santiago dinning week pero no me gustó mucho, las preparaciones buenas pero nada sobresaliente para compensar el ambiente extremadamente clásico y formal (para mi). destacó la buena atención y el tamaño de los platos, todo muy contundente, con los postres no pudimos!!

fui hace tiempo y me encantó, la comida muy rica la atención increíble, un lugar muy elegante y sobrio, pensándolo bien no se porqué no he vuelto, seguro lo haré pronto

one of the best restaurants i've tried in santiago! wether you try it for breakfast, lunch or dinner; you will not be disappointed! the attention to detail and outstanding service are their trademark.

a few recommendations: they serve fantastic cheese empanadas for appetizers and locos. try the wild boar, you won't regret it! also their selection of desserts will floor even the hardest of critics!

fui por era el restaurante del mes en la cav y de partida el vino promocionado no fue el que nos ofrecieron , al hacer notar el error y despues de una demora la correccion vino con aperitivos por cuenta de la casa. pedimos la ternera e independiente que estaba sabroso y las porciones eran pequeñas fue una delicia, quizas el tema con la carne fue que la pedi un poco menos cocida de lo que la trajeron (y eso que le baje el tipo de coccion para que llegara como queria, aun asi no lo consiguieron) el postre delicioso, torta de merengue lucuma, muy rico, aperitivo y bajativos deliciosos, la atencion muy buena, pero al llegar la cuenta la sorpresa fue que ademas de que los platos son carisimos te cobran un impuesto, por lo que encarese aun mas el festin.
bueno, pero muy caro. si quiere ir a gastar mucho dinero en un lugar no muy bonito en un subterraneo con musica en vivo. vaya. si no no se pierde de nada que no pueda conseguir en otro lugar de santiago.

es un restaurante de renombre dentro de santiago, por lo que las expectativas eran altas. solo habian tres mesas ocupadas y si bien la atencion fue muy buena, la salida de los platos tuvo mucha demora, los postres no fueron de mi agrado, yo pedi un helado de mascarpone con frutos rojos, salsa de chocolate y cafe ... estaba sabroso pero demaciado dulce, deje mas de la mitad por su sabor empalagoso y hostigante. mi esposo pidio un duo de leche de cabra con salsa de mango, al que le falto dulzura... en fin los postres no tenian un buen equilibrio. los principales excelentes.

la verdad es que no se lo que paso, me desilusiono.  
compramos un menú del santiago dining week, estaba tan emocionada, hace mucho tiempo que tenia ganas de probar la comida del bristol, pero por mi presupuesto no había podido ir. 
la atención es excelente, siempre atentos a lo que necesites.
lo primero que nos pusieron fue una panera con una salsa un poco picante que estaba deliciosa. 
de entrada mi pareja eligió una reineta semi ahumada y escabechada sobre papas con mayonesa a la mostaza que estaba exquisito, muy bien logrado, la reineta semi ahumada estaba con el punto de ahumado justo y con la cocción perfecta.
yo pedí el duo de salmón, salmón laminado sobre quinoa y  laminas de salmón con limoneta de cilantro, el primero estaba muy sabroso, la quinoa estaba cocida a la perfección, pero al probar las laminas de salmón, me di cuenta que estaban congeladas, no un poco frias, sino que congeladas.
los fondos estaban muy buenos, mi pareja pidió medallones de cerdo y pollo envueltos en tocino acompañado de un estofado de garbanzos al oliva y espárragos asados y yo un lomo de ternero con salsa bernesa de champiñones acompañado de chancao de papas con rucula y tomates deshidratados.
al llegar a los postres es donde mi decepción creció, pedí panqueques con frutos rojos gratinados con sabayon al pisco, creo que es el peor postre que he probado en mi vida, los panqueques estaban duros, el sabayon eran huevos revueltos dulces con un toque de pisco, solo le pude dar dos cucharadas y no pude seguir comiendo.
la verdad es que no se si por ser un menú de descuento, la comida no estaba a la altura de lo que es el bristol en general. y aunque solo la mitad de mi experiencia fue mala, quede con un sentimiento de decepción y arrepentimiento, con ganas de haber elegido otro restaurante para ir.

con unas ganas tremendas de visitar este tan renombrado restaurant gracias a su aporte a la gastronomía chilena. decidí tomar rumbo al bristol durante la semana del santiago dinning week.
tenían un menú muy interesante de tres tiempos que estaba compuesto por un duo de salmón acompañado de quinoa y una mini ensalada para comenzar. luego pasando al plato principal que eran medallones de cerdo y pollo envuelto en tocino acompañados con un puré de garbanzos... que si pudiera definirlo en una sola palabra sería algo así como "fenomenal".
continuando con la noche, y después de haber disfrutado de unas preparaciones muy bien sazonadas y cocinadas a la perfección, nos trajeron los postres en donde yo pude deleitarme con una hojarasca rellena con chancaca y nueces, que sin lugar a dudas cerró una maravillosa velada.
lugar muy acogedor, espacioso, con un servicio impecable.
lejos el lugar en el que si tienes la oportunidad, tienes que visitar.

restaurant clásico y elegante, muy buena atención ,platos criollos refinados y de cuidada preparación.
ubicado en el hotel plaza san francisco en el centro de santiago, plena alameda.
no dejen de comer como entrada ( háganme caso por favor y atrevánse ) la lengua y carpaccio de riñones de ternero, soberbia...
probamos también los locos en tres preparaciones, muy bueno y el chuletón de cerdo, sabroso pero demasiado abundante. los postres no se quedan atrás. en suma , uno de los buenos y elegantes restaurantes en santiago, sin duda saldrán contentos.