"no tengo palabras" resume bien lo que siento. pero como imagino que esa sensación puede ser algo ambigüa respecto a las bondades del local, van mis impresiones: en sabor, 7/7. lo demás es impecable, pero el naoki destaca definitivamente por su sabor. las preparaciones van desde tradicionales cortes y presentaciones logradas con maestría milimétrica hasta aventurados engranajes de sabores, texturas y temperaturas tan gloriosos como inesperados. erizos, cochayuyos, sri racha, nori crocante y trufa son algunos de los protagonistas de la mágica aventura. el precio del local, sin embargo, obliga a reservarlo para ocasiones súper-duper especiales. recomiendo planificarse como quien va a ver a un músico que viene a tocar desde el extranjero. prepárese (y planifiquese, emocional y financieramente) para ir a un concierto de sabores. para los amantes de la comida, y, particularmente, de los pescados crudos, no se trata sólo de "ir a comer", sino deunaexperiencia artística maravillosa. cabe mencionar que pese a los precios esta maravilla se llena y es muy difícil -por no decir imposible- conseguir mesa sin reserva. local 200% recomendado, reserve con anticipación