caminando algo erráticamente por el barrio, buscando algo donde comer un picadillo y sentarse a conversar pillamos este lugar. es como un oasis jjaja en medio del patrimonial barrio yungay. entramos por el hambre y paf!, al cruzar la puerta se ve que es muy hermoso, no sólo por la casona que es antigua, muy bien cuidada y preciosa, sino que la decoración es también muy llamativa por lo delicada, y eso le da mucho ambiente al lugar. pensamos que sería caro, pero al ver la carta nos dimos cuenta de lo contrario, los picoteos ricos y a un precio accesible. además el shop de estrella damn estaba en oferta a 2.000, así que bacan!, la atención fue muy buena, mucha amabilidad y cordialidad. preguntamos cuanto tiempo llevaba el local y nos dijeron que 4 años con el restaurante y 20 con la tienda de diseño, y así descubrimos que arriba también era una tienda, habían cosas muy hermosas y todo el menaje del local era de su tienda. maravilloso.