es uno de los restorant mejor ambientados a los que he ido. muebles, cuadros, espejos, sillas, tacitas de té, todo está cuidadosamente seleccionado, oporlo menos así se percibe. la casona es preciosa, si van dense un tiempo para observarla, ver sus ventanales, escaleras, en fin. estoy casi segura que en el segundo hay una galería de arte… de todas maneras, el restorant en sí parece una galería de arte!con respecto a la comida, pedí un sándwich “el ebanista” (pollo a la plancha con champiñones, rúcula fresca, y mostaza a la miel en pan ciabatta), el cual estaba rico, pero a ratos lo sentía un poco seco, podrían agregarle una salsita al costado o algoporel estilo. para beber elegí un “té negro berries silvestres” (té negro, bayas de saúco, hojas de frambuesa, moras y frambuesas) que estaba delicioso. con mis amigas pedimos una tetera para tres, y tomamos 2 tazas cada una (las tazas son pequeñas, pero tampoco minúsculas). la atención es muy amable, y como éramos un grupo grande (8 aprox.) nos acomodaron en un espacio preparado para esa cantidad de personas, en un sillón comodísimo en forma de “l”, con una mesa de centro bastante amplia y más sillones alrededor de esta. quiero volver a probar sus pasteles, ya que nos dijeron que era la especialidad de la casa. lo recomiendo al 100%.
(gracias a los que me acompañaron ese día 💚)