llegué a la serrana vía zomato en la búsqueda de un lugar donde comer pastas.
si bien el barrio donde está ubicado no es un "amigable" de noche, el edificio per se compensa esa situación.
desde la entrada te recibe un garzón que te lleva a tu mesa, aún sin tener reservación.
la carta es lo suficientemente amplia como para regodearse, aunque se debe tener la cautela de tener un plato más o menos en mente, o uno se demora en hacer el pedido.
en este caso, como mi pareja es vegetariano, buscabamos un lugar donde hubiese comida sin carne. para nuestra sorpresa, existía variedad en platos sin carne.
nos recibieron con pan de degustación, y una salsa de tomate para untar. en mi caso, pedí unos fetuccini camarón y hongos, además de una gaseosa. se demoraron 5 a 7 minutos en traernos los platos.
desde ya, se notaba que eran frescos, no recalentados en microondas. la pasta al dente -como corresponde-, unos camarones que facilmente medían lo mismo que mi dedo meñique, y bastante champiñones.
habiendo quedado satisfecho con lo consumido (y fui criado con platos tipo abuelita, esos que no se acaban nunca), también degustamos de postre brownie con helado de vainilla. esponjoso, tibio, con cobertura de chocolate, que al mezclarlo con el helado se volvía cremoso al paladar.
el ambiente y la decoración hablan por si solos, transformando en un experiencia que uno quisiera volver a repetir.
vale la pena venir a este restaurant, donde servicio y calidad en la comida van de la mano.