quiero agradecer de corazón a la serrana. alrededor de las 8 pm llegué a comer pastas con dos amigos, ¿qué pedí? fetuccini a la amatriciana. muy buenos. el servicio fue bueno, siempre había algún mesero chequeando nuestra mesa. por razones de fuerza mayor, tuvimos que llevar un sombrerero. no nos pusieron ningún problema y pudimos colgar nuestras mochilas y abrigos, perfecto para alivianar bultos.
pedimos dos botellas de vino y una de champaña de una viña que no está a la venta en supermercados. a pesar del riesgo que significa, fuimos a la guerra como gente valiente. aunque solo probé la champaña, tengo que decir que estaba excelente, ningún rastro de caña a la mañana siguiente, perfecta para ir a trabajar un jueves.
si tuviera que hacer una observación, solo diría que la cadena de la puerta principal no invita a entrar. considerando el espíritu italiano que nos convoca a comer pastas y pizzas, diría que siempre es bueno invitar a entrar a los comensales.
en resumen, no hay que quedarse sin probar esta joya del centro de santiago.