ayer fuimos a cenar en familia, y encontramos un restaurant con una modalidad distinta a los de siempre.
atendido por sus dueños, en un ambiente familiar y compartiendo un poco de su cultura con nosotros.
pedimos para tomar un par de cervezas cobras y otro par de pisco sours jengibre, que tenían buena temperatura y se notaba que era preparado en casa, bastante frío como debe ser.
para comer pedimos 4 platos, uno de pollo con champiñones, un pollo con lentejas amarillas, un pollo con coco rallado y un cordero en coco rallado.
los platos estaban riquisimos y en una buena temperatura.
la relación calidad y precio no es tan buena, los platos son pequeños pero bien sabrosos.
pedimos para acompañar un arroz y un pan con ajo.
la atención es rápida, y muy calida.
100% recomendado para disfrutar algo distinto.