muy rico café de barrio. fui un domingo al brunch, que estuvo excelente, la fruta en su punto, el yogurt con granóla muy muy rico, un buen latte también. mi único pero fue el pan porque acompañaron criossant con huevo benedictinos y no pegó mucho. las meseras muy simpáticas sólo a ratos algo despistadas. volví a ir a tomarme un café con una amiga y probamos los cheesecake, muy muy ricos. la variedad de té se agradece, pero tengo la sensación de que en estos cafés más modernos ya no se sirven tacitas de té sino tazones o teteras, me hizo falta una "porción" más grande, considerando también que es té en hebras que cunde más.
me gustó también que haya un ambiente familiar afuera, separado de las mesas de adelante y de la terraza delantera. bien logrado la distribución del espacio para ser un café pequeñito