gracias a zomato y a constanza de ramón por la invitación! con este voucher tuve la suerte de conocer junto con uno de mis mejores amigos este pequeño pero muy especial local en barrio yungay. de entrada la ubicación fue lo mejor, cero pretensión, en una calle residencial y tranquilo, o al menos el día que fuimos (sábado)
es un restaurant de comida saludable, casera y hecha con cariño, lo comprobamos al disfrutar de dos exquisitos platos de fondo:
• salteado de pollo al wok con verduras = lo probé y estaba muy bueno. mi amigo mauro es en extremo crítico a la hora de evaluar la cocina de este tipo y no tuvo ninguna queja al respecto. pasó la prueba totalmente! el pollo estaba blando, en su punto y todo se complementó bien. muy sabroso, contrario a lo que alguien comúnmente podría pensar de este tipo de preparación ($5.500)
• gnocchi = es parte de las pastas caseras de la nona que van variando según la disponibilidad del día ($5.000) el plato no se ve tan grande pero es ideal para quedar satisfecho, aunque por lo mismo me pareció algo disparejo en cuanto al precio, que se equilibra a su vez con ser de fabricación propia. estaban ricas, pero a ratos necesité un poco más de fuerza en el sabor, sólo cosa de gustos. lo acompañé con un delicioso jugo de pera hervida, se pasó!
• postres = tarta de chocolate y pie de maracuyá. el primero venía con una delicada salsa de café en una cuchara, pero me faltó mas suavidad en la textura en general de la tarta, aunque no tengo reclamo en cuanto al sabor. el segundo estaba genial! con la acidez justa, cremoso y rico.
la presentación de todo fue impecable, en especial la de los postres. la atención funcionó normalmente. estuvimos en las mesas de afuera, que son la mejor alternativa para disfrutar de una tarde de sol (que de a poco se están yendo... así que a aprovechar)
un pequeño pulmón verde/gastronómico que hay que conocer y degustar al menos una vez. por mi parte volvería, hay que probar más.