en pleno mirador del alto las condes, encontramos caprese, un lugar que de entrada llama la atención por lo grande del espacio que ocupa, lo que en algún momento juega en contra porque algunas mesas quedan fuera de la vista del personal que atiende.
la carta es bastante extensa, por lo que no es fácil elegir, aunque las opciones son las clásicas de la comida italiana, mucha pasta, pizzas y algunas ensaladas.
probé un pisco sour, totalmente al debe, demasiado fuerte, pero a la vez con poca personalidad, no me gustó.
en los fondos, pedí el gnocchi cacciatore ($9.800) que tenían una salsa de osobuco desmenuzado que estaba notable. lo que me llamó la atención fue la porción del plato, que alcanzaba fácil para dos personas, realmente era gigante.
después de eso, imposible comer algo más, por lo que no pudimos pedir postre. la atención fue un poco descuidada, cuando pedimos la cuenta se demoraron casi 10 minutos en traerla. no me terminó de convencer en ese sentido.