con lugares como este, sin pretensiones, y con una cocina de altísima calidad, me cuesta entender porque algunos siguen haciendo filas larguísimas, para pagar cuentas mucho mas elevadas (primer punto a favor: precios mas que razonables), en otros restaurantes de oferta casi idéntica en el sector. y es que la comida a la que me invitó benjamin peralta estuvo exquisita! para partir me encantó el local y su ambientación. pese a estar en pleno sanhattan, signore es acogedor y hecho a escala "casera". para tomar, una de las cervezas italianas rubias de la carta, manabrea si no me equivoco, rica, muy frutal, pero el cielo fue la copa de vino lambrusco. un tinto espumoso, con un aroma y sabor deliciosos. no hay que perdérselo por no saber lo que es. pedimos dos pizzas para compartir, una valle del elqui y una la serena. la primera, abundante en su ingrediente protagonista, los camarones. buenísima! la segunda falló justamente en esto, y es que, pese a estar muy sabrosa por la mezcla de quesos que la cubrían, echamos de menos un poco mas de cariño con los fonditos de alcachofa, que aparecían solo en uno que otro bocado. de todas maneras rica. un reconocimiento a la textura de la masa! de postre no podía faltar el clásico tiramisu: el mascarpone hecho nube! perfecto final para una comida deliciosa. este es un lugar para no perderse!