un muy buen descubrimiento!!!..
teníamos antojo de pizza, la crítica era buena, por lo que decidimos comprobar si era cierto y debo decir esta no se equivocaba.
desde afuera el local no parece gran maravilla, pero al entrar el lugar te sorprende, un largo pasillo decorado con algunas simpáticas fotos italianas que desembocan en dos terrazas, una techada y otra sin techo dentro de un jardín. en cada mesa una velita que le da un toque romántico al lugar, acompañado de una agradable música de fondo.
llegamos al borde del cierre de la cocina (antes de las 11) por lo que pedimos rápidamente, una pizza gamberi ($8.800 -salsa de tomate, mozzarella, camarones, toque de aceite de oliva y perejil) para compartir, pero nos arrepentimos... nos arrepentimos, de no haber pedido otra más ya que estaba buenísima (pero la cocina ya había cerrado), la masa a la piedra como una real pizza italiana (y cuesta encontrar en santiago) delgada, pero no 100% dura, tan buena que hasta los bordes me comí (cosa que casi nunca hago). la salsa de tomate muy buena, los camarones no de los más grandes (pero tampoco de los más pequeños), la sazón perfecta, quizás se agradecería un poco más de queso en algunos sectores de la pizza y algunos camarones más, pero creo que es una de las mejores pizzas de santiago y definitivamente volveré a probar el resto de la carta.
para tomar pedimos un jugo de maracuyá ($2.500) de pulpa que estaba bueno, aunque no tiene mucha ciencia su elaboración.
el horno si bien no es de barro cumplió perfecto su función, al salir vimos que habían dos salones más, pero que estaban sin mesas y en uno solo había una barra, no sé si era porque era día lunes o no, pero es extraño que no aprovechen esos espacios.
por otra parte, la atención es rápida y cordial, así que podemos decir que nuestra visita fue casi perfecta, solo que la próxima vez llegaremos más temprano para conocer el resto de la carta.
pd. bueno para grupos y también citas románticas ;)
pd2. está a pocos pasos de la plaza ñuñoa.
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